La Casa de la Esquina Mayor

Por más de tres siglos la gente ha pasado delante de mí, sin notar mi presencia. Hoy recojo en mi ropaje los colores del ejército libertador, para contarles a mis vecinos algunos de mis recuerdos. Puedo contar, por ejemplo, que entre los años de 1844 y 1846 levantamos grandes protestas —junto con la casa de la esquina opuesta en la Calle de Florián—, por la construcción de los Portales de la Plaza, los cuales pretendían llamarse Portales o Bazar Arrubla, como su dueño. Nuestro disgusto fue porque los portales se hicieron volados sobre la plaza. La prensa nos acompañó en ese momento diciendo que era una usurpación del lugar. Sin embargo, tiempo después todo quedó en el tintero, igual que cuando escuché, mucho tiempo atrás, vociferar sobre el pasquín la Cédula del Pueblo. Permítanme añadir a mis memorias que fui muchas veces testigo de los actos crueles de los hombres en la plaza Mayor. Por ejemplo, en 1781, su suelo fue regado con la sangre de los mártires de la libertad, “los comuneros”; y en 1817 se llevó a cabo el sacrificio de una mujer protagonista de la revolución independentista colombiana, la Pola. Años después, en 1896, se ubicó en la tercera columna de sur a norte, en el mismo edificio de los Portales, una inscripción en latín para conmemorar su sacrificio, que ya casi nadie recuerda y que decía lo siguiente: “En esta plaza, a pocos metros de esta pilastra monumental que detiene las miradas del viandante, recibió todavía núbil y en la flor de la vida, muerte gloriosísima, en aras de la patria, la heroína nacional Policarpa Salavarrieta, con sus compañeros de martirio Sabaraín, Arcos, Díaz, Suárez Galeano, Marufa y Arellano, quienes todos con ella ofrendaron su vida, en 14 de noviembre del año de 1817, por la emancipación de la república.”

Casa de La Esquina Mayor

Area artística

Editorial
Ximena Bernal Castillo
Año de publicación
2015
Diseño / Ilustración
Yessica Acosta Molina
ISBN
978-958-8877-55-6
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